¿Qué está pasando con nuestros niños?
Se están quedando sin infancia, parecen adolecentes, estimuilados por aparatos, mucha información, rapidez… Los juegos tradicionales ya no son comunes, las rivalidades son continuas, no se alimentan bien, no tienen tiempo, no tienen alimento espiritual, manejan un lenguaje vulgar, sufren de estrés, se deprimen.
¿Qué hacer ante esta situación?
Es necesario mostrarles el camino correcto, corregirlos con amor, guiarlos.
La realidad realidad de lo que está pasando con los niños y adolecentes está preocupando a la sociedad actual, nuestros niños y adolecentes se están deprimiendo, se están suicidando y tienen problemas de todo tipo. Parece ser que esto responde a una presión que hace la sociedad acerca de cómo deben ellos ser. Los adultos y los jóvenes no se ponen de acuerdo, ¿qué pasó?, hay desconfianza, miedo mutuo, muchos problemas, inconvenientes, se ve la juventud de una manera muy compleja.
Pero los jóvenes son un grupo excelente con muchos valores humanos, pero que viven rodeados de un ambiente amenazante que desafía los hermosos valores.
En el año de 1939 las tropas alemanas de Hitler entraron en Polonia y así comenzó la Segunda Guerra Mundial, luego se extendió por toda Europa, venciendo países como Francia y dominándolos totalmente. ¿Cómo defenderse? Lo habían perdido todo, pero les quedaba su voluntad y entonces surgió un movimiento llamado LA RESISTENCIA: fue la lucha desde abajo contra la Alemania Nazi y con su ayuda se logró la libertad de Francia.
En la historia de la Humanidad se ha mostrado que los que han cambiado el mundo han sido personas que han pensado y no se han dejado doblegar por las situaciones difíciles: La India consiguió su libertad con la no violencia que les enseñó Gandi, sin armas, sin ejército, sin disparar, simplemente con la resistencia valiente y pacífica de un pueblo que mantuvo sus valores.
Son muchos los ejemplos de resistencia en donde algunos pocos se resistieron a ser lo que les imponían, sino que conservaron sus valores y se resistieron a dejar de ser lo que tenían que ser.
El mundo nos muestra un montón de amenazas que nos llaman a ser como ellos quieren que seamos, pero lo que hay que hacer es resistir: es la lucha de la resistecia. Nos han dicho, pero en cambio resistamos.
Nos han dicho que la vida tiene que ser fácil, yo en cambio les digo: vale más cuando es difícil.
Hay que desconfiar cuando las cosas son fáciles porque algo malo esconden, las cosas rara vez son fáciles, cuando nacimos estabamos ensangrentados, desnudos, con sangre; y a partir de ahí todo fue complicado: los primeros pasos fueron antecedidos de muchas caídas, fue difícil entrar en la vida escolar, es difícil amar, es difícil perdonar, es difícil ser excelentes, es difícil estudiar, la vida no es fácil, y el que diga lo contrario miente, la vida nunca se gana pasando agachado por todos los desafíos. Nunca llegarás lejos si no aprendes a volar alto y para volar alto hay que hacer mucho esfuerzo: si quieres cosas grandes, las tienes que sudar y luchar.
Nuestra sociedad enseña la línea del menor esfuerzo, tan mediocre que enseña a hacer las cosas mal hechas y sin esfuerzo, pero hay que esforzarse para triunfar.
Estamos acostumbrados a desconfiar de lo barato, es igual con la vida: lo fácil es malo, no vale la pena, lo que vale la pena es lo difícil y es lo que obliga a crecer a ampliar el corazón, a utilizar todas las potencialidades.
Nos han dicho que la trampa a la vida funciona, yo en cambio les digo: no seas tramposo, se fiel a ti mismo.
Las trampas en Colombia han generado desconfianza en la inversión extrangera, por los robos, engaños, viveza, deshonestidad, mediocridad, mala calidad.
Pero no necesitamos de la trampa, tenemos capacidades, valores, podemos trabajar mas duro. Cada vez que una persona hace trampa engaña a los demás, pero a si mismo no lo puede hacer, y cada vez que lo hace, lo que está afirmándose a si mismo es que no sirve: ¿le confiarías a un médico tramposo la operación de tu madre?
La mayoría de las veces le dan a uno tan sólo una oportunidad, entonces toca aprovecharla con esfuerzo, sin trampa. No ser tramposo hará más difícil y demorado lograr objetivos, pero será un logro propio, no una mentira disfrazada.
Nos han dicho que podemos burlarnos de la gente distinta, por su espiritualidad, responsabilidad, valores, pureza, belleza y debemos respetar a los malevos, los irreverentes, yo en cambio les digo: admiren lo bueno, los valores, el conocimiento, lo espiritual.
La historia ha mostrado que aquellos que mantienen unos buenos principios logran triunfar; por ejemplo la persona espiritual ha desarrollado fuerza para afrontar la dificultad, en cambio el que no tiene grandeza espiritual se cae ante la dificultad.
Admiren no a la persona que vivió para si misma, sino aquella que vivió para entregar su vida a los demás, admiren al que se respeta a si mismo, al que ama el conocimiento, no admiren los reyecitos de lo fácil y cómodo.
Nos han dicho que todo es para el servicio propio y por el servicio propio, yo en cambio les digo: trabajen para el bien de todos.
Hemos aprendido desde niños que uno tiene que pensar en uno, sólo en uno mismo, lo que siento, ser amado, lo que me gusta, lo que me agrada. El yo es muy importante, pero también existen los demás, existe un mundo de todos, un ser humano que no piensa en los demás está perdiendo su esencia de ser humano.
A veces encerrados en nosotros mismos pensamos que no somos entendidos, pero ¿hacemos algún esfuerzo para comprender a alguien?, ¿nos interesamos por los demás?. Terminamos peleando con los demás por defenderse a uno mismo, sólo mi conveniencia, olvidando la conveniencia de todos. Pensar en los que sufren, dejar de ser egoístas, aprender a trabajar en grupo, en comunidad es necesario para el beneficio común y el desarrollo de las personas.
Nos han dicho que saquemos excusas, yo en cambio les digo: no saquen excusas.
Dejar a un lado las excusas, asumir las responsabilidades, no tapar los errores, no esconderse en que todos lo hacen así, o es la primera vez, o que es normal, o que sufro mucho. Uno es responsable de sus actos, la gente excelente jamás saca excusas.
CONCLUSIÓN
Todo hombre está lleno de algo bueno y grande en su interior, pero debe tomar la decisión de resaltar lo bueno sobre lo malo. Nos dirán que todos hacen lo malo, háganlo ustedes también. Pero hay que resistir, el amor es valioso, la espiritualidad es valiosa, tengan valores, sean diferentes, luminosos, bellos, diferentes, llenen de esperanza, saquen la basura de su interior, no se arruguen, sean capaces de ser diferentes.
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