jueves, 30 de septiembre de 2010

¿CÓMO SER DISCÍPULO SEGÚN EL EVANGELIO?

El documento redactado por los obispos en el encuentro de aparecida Brasil dice que la experiencia de Dios es un proceso ordenado de cuatro pasos: Kerigma, Discipulado, Comunidad y Misión.

Kerigma

Es el encuentro con Jesús; un suceso en el cual Dios fija su mirada en mí en alguna circunstancia, como le sucedió a los peregrinos de Emaus. Es una conciencia de que Dios está conmigo, es el encuentro personal de ojos abiertos y de corazón palpitante con Jesucristo, el Señor que cambia mi vida.

Existen muchas maneras de encontrarse con Jesús: en la infelicidad o la felicidad, en el amor o en el desamor, en la tristeza o en la alegría, en las buenas y en las malas.

El encuentro con Jesús llama a la conversión: metanoia y epistrepo:

Metanoia: es el cambio de modo de entender el mundo a la manera de los sentimientos de Cristo. Es un cambio de vida cambiando mi mente, mis pensamientos. Un ejemplo de metanoia se da con una señora que visita a las personas agonizantes y les habla de Dios, ellas al tomar conciencia de la magnificencia del amor de Dios dejan de temer a la muerte. EL encuentro con Jesús lleva a una continua conversión.

El Kerigma es el anuncio de Jesucristo el Señor y como reacción a este anuncio, la persona que lo recibe se encuentra con Él. Es un anuncio con testimonio de Jesús, con poder, con comunión con la Iglesia, con la donación del Espíritu Santo que lleva a la conversión.

Discipulado

Cada vez que Jesucristo nos encuentra nos llama como discípulos o a dar testimonio de nuestro encuentro con Él, para posteriormente ser discípulo como sucedió con el leproso (Mc 1,40-45).

Ser discípulo es la única manera de ser cristiano y abrirse a la vida en comunión con el Señor. En la Biblia existen tres tipos de personas que buscan a Jesús: la multitud, los enemigos y los discípulos.

El discípulo es el único que coloca a Jesús como el centro de la vida y vive de acuerdo con los pensamientos de su maestro. Cuando uno sigue a Jesús, Él se encarga de la vida de uno –Busca primero el Reino de Dios y lo demás vendrá por añadidura- porque en el camino los leprosos se sanan, el Señor en el camino nos sana, nos lava.

Comunidad

No se puede ser discípulo solo, porque uno solo tiene la tentación de creer en un dios a mi medida, a mi parecer. En la comunidad nos apoyamos unos a otros, por lo cual la Iglesia debe ser comunidad de pequeñas comunidades.

Los pilares que sostiene la vida en comunidad son crecer o perseverar en: la oración, la formación, el compartir fraterno y los sacramentos (Hch 2,42)

Misión

Es utilizar los carismas que el Señor me regala para llamar a otros hermanos al encuentro personal con Dios.


En conclusión

Estos cuatro pasos en la vida del cristiano son una experiencia de Dios que se vive cíclicamente.

Ser discípulo es ser afortunado en la vida de fe, porque Jesús nos da el poder de ser Hijos de Dios, nos enseña las Escrituras, nos da esperanzas, sueños, anhelos y con Cristo nos crucificamos.

En aquel lugar del calvario había tres cruces: una da la salvación, otra recibe la salvación y otra niega la salvación. Tres es plenitud en el pueblo Judío, todos nosotros tenemos nuestra propia cruz.

jueves, 16 de septiembre de 2010

CITAS Y REFLEXIONES DEL AMOR DE DIOS

“Ya no será necesario, que unos a otros, amigos y parientes, tengan que instruirse para que me conozcan, porque todos, desde el más grande hasta el más pequeño, me conocerán”. (Jeremías 31,34).

“Pero el Señor no estaba en el viento… tampoco estaba en el terremoto… no estaba en el fuego. Pero después se oyó un sonido suave y delicado…” (1 Reyes 19,11-13).

“El Señor es brisa matutina suave y serena, no viento huracanado, ni terrible terremoto, ni incendio demoledor…” San Antonio de Padua.

El Señor en medio de ti es un guerrero que salva, Él se goza y se complace en ti, te ama y se alegra con júbilo, como en día de fiesta”. Sofonías 3,17.

“Desde el vientre paterno, tú eres mi Dios”. Salmo 21

La biblia está llena de relatos de FE en los cuales el Dios cierto se deja experimentar, se deja saborear. Uno sólo puede experimentarlo, sentirlo, encontrarlo con certeza y eficacia. Si uno no tiene experiencia personal de Dios, simplemente no tiene FE. Porque este Dios que experimentemos como certeza en la Fe, es el Dios de Jesucristo, y no lo podemos inventar o suponer porque ya está claro y evidente en el evangelio.

-Para poder tener una buena relación con Dios, uno tiene que encontrarlo amoroso, amable, simpático, alegre, cómplice, complaciente, misericordioso, tierno, comprensivo, generoso… un verdadero Dios. Sólo así, sin miedo, sin susto, persona a persona, se atreve a la experiencia íntima con Dios.

-A Dios le encanta el encuentro con el hombre. Un encuentro efectivo, directo, personal, un encuentro cierto y dichoso.

-Dios se permite en la Fe de cada hombre, como relación íntima, directa y personal. Con cada hombre que acoge a la Fe, Dios desarrolla una amistad secreta y misteriosa, pero cierta y eficaz.

-En la intimidad con Dios, el hombre se hace dueño de su existencia. Es tan íntima la Fe, que requiere ser registrada como un diario amoroso en el cuaderno de Fe, o libro de la vida personal. La intimidad con Dios requiere cotidianizarse, sólo así la Fe le reporta a uno la felicidad permanente. Y uno en la relación con Dios puede agarrarse con El, pelear con El, enfrentarse con El, también la pelea hace parte de la relación íntima.
Y Dios responde, El no es bobo, El sabe responderle a uno, al llamado, al grito, a la protesta, a la queja… Dentro de la Fe de Dios responde siempre con amor.

-Si la experiencia de Dios es cierta, íntima e individual, la tarea de convencer a otro a la Fe es muy delicada. Yo no tengo la forma de que otro sienta a Dios como yo lo siento. Yo al otro puedo decirle que vaya y se tire en el silencio a ver si siente a Dios, a ver s a Dios se le ocurre decirle algo… Resulta que no sintió nada, pues qué se va a hacer, ya será otro día en otro momento. Yo no puedo hacer que sienta lo que sólo Dios deja sentir. Es una experiencia íntima, personal…
Pero de una cosa sí estoy convencido, de que Dios se deja sentir, se deja palpar. Es una sensación particular que no se puede convertir en materia unificada. Es la experiencia cierta de la Divinidad, usted lo siente, sabe que es verificable sólo para usted.

¡Qué puede ver el otro de mi experiencia con Dios? Sólo los efectos la alegría, la serenidad, el sentido de vida, Dios se llena en la palabra de uno; pero de ahí a que otro pueda experimentar la intimidar con Dios como yo la experimenté, no, porque la intimidad es única e incomparable, secreta y privada.

¡Qué pesar no dejar uno la huella de la intimidad de Dios ¡

¡Quiero que seas Tú, el sol de mis claridades. Porque, yo no alcanzo ni a ser antorcha en estos momentos desolados. Y, que sea lo que quieras, mi buen Dios ¡

Una Presencia que Anima: Dios se muestra al hombre, se acerca y se facilita para el encuentro con este. Dios es misterio, pero comunicativo, o sea, abierto para su conocimiento. Dado que Cristo no es un fantasma, sino la mejor presencia de Dios entre los hombres, la mejor respuesta nuestra es el acrecimiento de la Fe de la persona.

La presencia de Dios es diferente a la invención de dioses. El hombre se inventa no sólo ídolos, son también falsas y distorsionadas versiones, que desvirtúan la Fe de la gente. Una de esas invenciones, tal vez es la más frecuente, es la de un Dios represivo, que asusta… que da miedo. Un Dios distorsionado, en lugar de fomentar la relación cotidiana y afectiva en el creyente, propicia más bien una relación esporádica, asustadiza, falsa, corta e impersonal.

Las Lecturas: 1 Reyes 19,9a-11;13; Romanos 9,1-5; Mateo14,22-3,nos dan las bases ciertas acerca de cómo es la presencia de Dios frente al hombre y cómo propicia el encuentro comunicacional, afectivo, directo, cierto y dichoso. No es exactamente mido lo que Dios busca propiciar en el hombre con su presencia, sino encuentro amoroso. Y en el amor jamás puede existir el miedo (“no tengas miedo…” dice: Jesús). De aquí puede deducirse fácilmente, dado que el amor humano es de raíz divina (fue Dios quien se inventó tal “locura” y “fantasía” que le resulta al hombre que lo vive de verdad como algo suyo y maravilloso), que tampoco en este amor puede existir miedo.

La tierra es parte de la creación divina, allí habita el “mimado de Dios”, el hombre, compartiendo casa con miles de especies, y en ésta puede el hombre encontrar evidencia de su creador, pero en la evidencia no se agota Dios. La evidencia reta al encuentro directo que es la presencia amorosa y hermosa.

La presencia de Dios busca que el hombre lo conozca para que pueda salir de su ignorancia frente a El, porque así también nel hombre gana en su propia sabiduría. Crist5o es la mejor presencia de Dios, en El se conoce cabalmente lo divino, y en El se vislumbra la ideal condición de todo hombre. Por eso es Maestro y Señor de vida para quienes tienen Fe con El. A más Fe, más conocimiento de Dios y de uno mismo, y más certeza en esa relación de presencia salvadora. Comprendidas así las cosas de Dios, quien evangeliza se apropia con certeza de esa palabra de Cristo, que conmueve y seduce: ¡ANIMO¡

Cuando hay Fe, cuando se ha llegado al final en camino de Fe, aunque se haya pecado, el tiempo de espera para el encuentro dura sólo un día, hoy. Así lo dijo Jesús en la cruz al ladrón bueno que aún muriendo encontró la Fe, así fuera para morir: “Hoy estarás conmigo en mi reino”. ¡La misericordia de Dios siempre desborda nuestra compresión de todo¡.

Al comienzo pensé: era solo la lluvia de Dios que me mojaba; pero luego comprendí: era un aguacero que me envolvía del todo, a su amaña y antojo. ¡El terminó por definirlo todo, y yo terminé por acogerlo en todo ¡

“Pero no es posible agradar a Dios sin tener Fe” (Hebreos 11,6; 1 Juan 4,7-21)

“Cuando améis no digáis: Dios está en mí, sino: Yo estoy ahora en el corazón de Dios.” Jalil Gibrán

“El amor emana de Dios, es Dios y vuelve a Dios” Dicho árabe.
El que se hace grato a Dios, es amado de El” Libro de la Sabiduría.

“Sabemos que a los aman a Dios, todo les sirve para el bien”. Romanos 8,28.

“Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá” Mateo 7,7.

El amor, como una bendición, nos viste de gracia”. Elkin Restrepo.

El que me ama guarda mi palabra y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él” Juan 14, 21-26.

“Porque si amáis sólo a los que os aman qué premio tendréis… Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto” Mateo 5,43-48.

“Cuando Dios no aparece más en ti, el amor está presente y pronto te lo manifiesta”. Jacob Boehme.

“Si a Dios le das tu corazón, el te da el suyo: ¡Oh, qué intercambio tan valioso¡ Tú te elevas, El se rebaja”. Silesius.

“Temer a Dios está muy bien, pero es mejor amarlo. Mejor aún que el amor es en El ser hallado. Silesius.

“Donde no hay amor, pon amor y recogerás amor” San Juan de la Cruz.

“Ama y haz lo que quieras” San Agustín.

Deuteronomio 6,2-6

Hebreos 7,23-28.

La Fe especial relación de amor con Dios y con el prójimo: En la Fe cierta Dios deposita en la mente y en el corazón de cada hombre su mandamiento único: el amor. No es un conocimiento conceptual, sino una sabiduría interna que brota como nacimiento de agua pura.
La claridad de Dios acerca del amor aparece constantemente en toda la Sagrada Escritura: “El Señor es uno, y lo amarás con toda la mente, con todo el corazón, con todas las fuerzas”. Esta claridad por parte de Dios nos ha permitido a los creyentes que podamos confrontar los caminos de Fe personales con el mandamiento básico del amor. Cuando se desvían los caminos y se cae en lo secundario y superficial, se hace necesario volver a encontrarse con el mandamiento Divino para ratificar la vivencia de Fe.

Jesucristo se mantuvo firme en el mandamiento que conoció del Padre. Experimentó en su propia vida el amor de Dios, por eso está lleno de sabiduría, por eso permanece para siempre, por eso marca la pauta de la Fe. Ese Jesús clarificó aún más el mandamiento del amor a Dios: amarás al prójimo como a ti mismo. A partir de ahí no hay que añadir nada, sólo toca comprender, entender, vivir y practicar en orden al planteamiento básico de Dios con nosotros.
-Quien sea capaz con su vida de acoger el respeto a la Divinidad y practicar el amor al prójimo, está capacitado para comprender el Evangelio, aunque no haya sido Católico o Cristiano. Ese está cerca de la Fe. Allí es fácil evangelizar.

EL AMOR DE DIOS

EL AMOR DE DIOS

Objetivo del tema:
Cada uno experimente el amor personal e incondicional de Dios que es nuestro Padre.

A. Dios te ama personalmente porque El es tu Padre.

Así dice Yahvéh tu creador, el que te hizo: No temas porque Yo te he rescatado, te he llamado por tu nombre, tú eres mío: Isaías 43,3.

Con amor eterno y gratuito te he amado: Jeremías 31,3.

Dios ama a todos los hombres pero también ama a cada uno de manera personal, como cada uno necesita ser amado. Si tú fueras el único habitante de todo el universo, Dios no podría amarte ya más de lo que te ama, porque te ama con todo el amor de un Dios poderoso.
Dios no nos ama por lo que nosotros hacemos, sino por lo que El es nuestro Padre:
Cual la ternura de un padre para con sus hijos, así de tierno es Yahvéh para quienes le buscan: Salmo 103,13.

B. Dios te ama incondicionalmente porque El es amor.

Dios es amor: 1 Juan 4,8.

¿Podría una madre olvidarse del hijo de sus entrañas?
Pues Yo de ti nunca me podré olvidar: Isaías 49,15.

Dios no te pone ninguna condición para amarte, El te ama precisamente como tú eres en estos momentos. No importa lo que hayas sido o seas en el presente: pecados vicios o defectos. Dios te ama incondicionalmente, porque su amor no cambia. Incluso, todo fracaso, problema y hasta pecado en tu vida son ahora una oportunidad para que experimentes el amor de Dios que es siempre fiel.

Dios que señala es todo poderoso y que hace lo que quiere con su fuerza y omnipotencia, hay algo que no puede hacer: dejarte de amar.

En la veleta que señala la dirección de los vientos, un hombre quitó el gallito y en su lugar puso el siguiente letrero “Dios es amor”. Queriendo decir que no importa de dónde soplaran los vientos, si había tempestad o clama. Dios siempre nos amaba. No importa las dificultades y los cambios, Dios siempre nos ama.

Los montes se correrán y las colinas se moverán, pero mi amor por ti no se apartará: Isaías 54,10.

Tu no necesitas aparentar otra cosa de lo que tú eres para que Dios te ame. Te ama como eres. Es más, El te hizo así. El no sólo nos acepta como somos sino que le gusta como somos: Tiene su alegría en nosotros: Sofonías 3,17. A cada uno nos dice en lo más íntimo esta gran verdad. “Tú eres mi hijo amado en quien tengo mis complacencias”.

Dios ama con tus cualidades y defectos. El no te ama por tus cualidades, sino con tus cualidades. Dios no te deja de amar por tus defectos. Te ama con ellos. Dios no ama lo que tú haces, pero EL ama a ti. Te acepta y te acepta con amor. Dios te ama con tus pecados y tus esfuerzos, seas rico o pobre. No necesitas ponerte máscara delante de Él. El te ama porque eres su hijo y no por otra cosa. No te ama porque tú seas bueno, sino porque el bueno es El.

- Vean los pájaros del cielo. Ellos no siembran ni cosechan y Dios les da cada día su alimento. Nosotros valemos para Dios mucho más que las aves y todos los animales juntos.

- - Vean los lirios del campo. Ellos no hilan ni tejen y Dios los viste con belleza inigualable.
…cuánto más a nosotros que somos sus hijos, aunque seamos pecadores.

Es más, El ama de manera especial a los pecadores. El peor de todos los pecadores es el más amado de Dios, porque donde abunda el pecado sobreabunda su amor misericordioso. El más pecador es quien puede experimentar más perdón, gozo y esperanza, porque es el más necesitado.

C. Dios quiere lo mejor para tí porque eres su hijo.

Dios ciertamente te ama como eres, pero te ama tanto que no te quiere dejar así. El quiere algo mucho mejor para tí. Precisamente porque Dios te ama, El quiere lo mejor para ti y tiene un plan que El hizo con toda sabiduría y amor para tí. El tiene poder para realizar todas las cosas incomparablemente mejor de lo que nosotros podemos pedir o pensar, con su poder que actúa en nosotros: Efesios 3,20.

Su plan supera con mucho lo que tú te imaginas o puedes pensar para tu bien. Como el cielo aventaja a la tierra, así aventaja su plan.

- Desde un principio nos creó a su imagen y semejanza, llenos de su amor y cocreadores con El, capaces de ser sus representantes en este mundo.

- Nos creó en armonía perfecta:

- Con El: una relación personal, íntima y permanente.

- Con los demás: relaciones de justicia, verdad y servicio.

- Con nosotros mismos: con seguridad, paz y dominio propio.

- Con toda la creación: siendo libres y no esclavos de las cosas de este mundo.

- Nos llenó de felicidad con su gozo, paz y unión.

D. Dios tomó iniciativa para amarte.

Dios te ama, y lo único que pide es que creas en su amor, que creas en El, confíes en su plan, más que en el tuyo.

Lo primero que Dios nos pide no es que le amenos sino que nos dejemos amar por El: Sólo manifiéstale que quieres experimentar su amor por tí. No se trata de que nosotros intentemos llegar a Él. Es Él quien quiere llegar a nosotros. No se trata de que nosotros lo alcancemos a Él, sino de que nos dejemos alcanzar por El. Antes de que nosotros comenzáramos a buscarlos, El ya nos andaba buscando. El tomó la iniciativa.

Un día Saulo de Tarso, decidió perseguir a Jesús y emprendió el camino de Damasco para apresar a los cristianos. Sin embargo, era Jesús quien lo iba persiguiendo a él, hasta que lo alcanzó y lo tiró del caballo. En ese momento Saulo quedó preso, preso del amor de Jesús. Dios lo sedujo y él simplemente se dejó seducir: (Jeremías 20,7).
Escribiendo a los Gálatas les dice:
Ahora que amáis a Dios: o mejor dicho, ahora que Dios los ama a ustedes: Gálatas 4,9.
Es que fueron los Gálatas los que amaron a Dios. Primero Dios los amó a ellos. El amor no consiste en que nosotros amenos a Dios sino en que El nos amó primero: 1 Juan 4,19. No fuimos nosotros los que lo elegimos a Él. El nos eligió primero: Juan 15,16. Nosotros no le hacemos a Dios el favor de amarlo.
Es Él quien nos favorece a nosotros con su amor que es eterno.
Aveces nosotros buscamos a Dios y lo queremos amar. Pero nadie puede amarlo si antes no ha experimentado su amor. Hay que hacer un alto, detenernos y dejarnos alcanzar por El, por su amor.
Dios ama a todos los hombres porque todos somos sus hijos y hechura de sus manos.
Ama a los buenos y a los malos, hombres y mujeres, católicos, líderes, sindicales, cabareteras o prostitutas. Nos ama a todos porque todos somos sus hijos.
Dios no nos ama por lo que hacemos, sino por lo que somos sus hijos:
Dios no nos ama porque nosotros somos buenos, sino porque el Bueno es El. No nos ama porque nosotros lo amenos, sino porque El es amor. 1 Juan 4,8.

viernes, 10 de septiembre de 2010

NADIE TE AMA COMO YO

El diagnóstico

El Papa Benedicto XXVI, un teólogo, estudioso, mirador de la actualidad, escribió su primera encíclica con el tema del amor de Dios, ¿qué lo motivó, qué lo impulsó para que su primera carta fuese con el tema del amor de Dios?
Lo que vio el Papa fue un hombre sediento de amor, hambriento de afecto, observó que lo que hoy conocemos como amor no lo es, sino que tan solo es una caricatura deformada. También vio la manera como los medios están modelando los el comportamiento, los patrones y la forma de actuar y pensar de las personas. Vio un hombre que es un ser solitario, incapaz de convivir, de amar, lleno de enemistad y separado de los demás.

Pero en el Plan de Dios no está bien que el hombre esté solo, hoy existe una soledad acompañada, varias personas que habitan una misma casa, pero sus corazones están separados, conectados a aparatos de comunicaciones, pero incomunicados, esto conlleva a convertirse en una clase de solitario que necesita ser escuchado.

El ser humano de hoy es un ser humano con depresión, en los mercados ya se encuentran a la venta pastillas que esconden la depresión, como si se tratase de una aspirina, es tan normal que las personas estén deprimidas y ahora más los jóvenes, pero el efecto de las pastillas pasa y vuelve la depresión, el desencanto contra la vida.

El Papa vio un hombre confundido, buscando la felicidad, el amor y la realización, en el lugar equivocado. Un hombre que piensa que todo es relativo, no hay absolutos no hay decisiones radicales, no hay referentes de absoluto frente a nada, todo depende, no hay normas, patrones, morales, fronteras. Hoy hablamos del hombre que se siente libre por hacer lo que le da la gana, pero es un ser humano confundido, sin verdades, lo que conlleva a hacerlo sentir miedo, inseguridad, indiferente entre la diferencia entre el bien y el mal.

El amor de Dios diviniza al hombre

Sólo el amor es capaz de divinizar al hombre y sólo por amor Dios se humaniza; el amor es capaz de hacernos un poco de Dios, el amor es un poder, el Cantar de los Cantares dice que “el amor es mas fuerte que la muerte”, tan poderoso que vence lo inevitable. El amor redime la soledad, nos libera cuando nos sentimos amados por Dios, nos libra del sin sentido; es necesario experimentar ese amor para salir redimidos, hay que creerle a Dios, el amor perdona, se abaja para levantar al otro.

El amor libera en una sociedad que está llena de cadenas, miedos, tristezas y vacíos, desencantada de la vida, el amor desata los apegos humanos, el amor sana, cambia nuestra vida totalmente.

Conclusiones
Si el amor de entre los hombres es sanador, que decir del amor de Dios; podríamos hablar de cuatro características del amor de Dios:

1) El amor de Dios es gratuito, lo da porque quiere, por encima de mi pecado, no es por mis meritos, es porque sencillamente me creo y me ama.
2) El amor de Dios es eterno, es irrevocable, nos ama por siempre.
3) El amor de Dios es sin condiciones, no por lo que yo haga o deje de hacer.

La experiencia más grande del ser humano es sentirse amado por Dios, no como un hecho meramente racional, sino como una realidad en el corazón. El día que nos abramos a ese amor, lo aceptemos y lo acojamos, ese día no habrá más cadenas, ni miedos, estaremos redimidos, recreados, cambiados; nadie nos ama como Dios, el amor

miércoles, 1 de septiembre de 2010

LA HUMILDAD

El todopoderío de Dios consiste en la humildad de hacerse hombre, flp 2,5 ( Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.)

Dios nos invita a la humildad en nuestra familia y con las personas que comparten la vida con nosotros, para ello es necesario lavarles los pies jn 13,1-17 (Antes de la fiesta de Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, él, que había amado a los suyos que quedaban en el mundo, los amó hasta el fin. Durante la Cena, cuando el demonio ya había inspirado a Judas Iscariote, hijo de Simón, el propósito de entregarlo,sabiendo Jesús que el Padre había puesto todo en sus manos y que él había venido de Dios y volvía a Dios, se levantó de la mesa, se sacó el manto y tomando una toalla se la ató a la cintura. Luego echó agua en un recipiente y empezó a lavar los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla que tenía en la cintura. Cuando se acercó a Simón Pedro, este le dijo: "¿Tú, Señor, me vas a lavar los pies a mí?" Jesús le respondió: "No puedes comprender ahora lo que estoy haciendo, pero después lo comprenderás". "No, le dijo Pedro, ¡tú jamás me lavarás los pies a mí!". Jesús le respondió: "Si yo no te lavo, no podrás compartir mi suerte". "Entonces, Señor, le dijo Simón Pedro, ¡no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza!"Jesús le dijo: "El que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque está completamente limpio. Ustedes también están limpios, aunque no todos". Él sabía quién lo iba a entregar, y por eso había dicho: "No todos ustedes están limpios". Después de haberles lavado los pies, se puso el manto, volvió a la mesa y les dijo: "¿Comprenden lo que acabo de hacer con ustedes? Ustedes me llaman Maestro y Señor; y tienen razón, porque lo soy. Si yo, que soy el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, ustedes también deben lavarse los pies unos a otros. Les he dado el ejemplo, para que hagan lo mismo que yo hice con ustedes. Les aseguro que el servidor no es más grande que su señor, ni el enviado más grande que el que lo envía. Ustedes serán felices si, sabiendo estas cosas, las practican.)

Como vemos, lavar los pies a los demás es vaciarse a si mismo, dejar el orgullo, la prepotencia, el egoísmo, el miedo...

OCHO CLAVES QUE NOS LLEVARÁN A SER MÁS HUMILDES.

1) ACEPTAR NUESTROS ERRORES

Es importante aprender a reconocer nuestros propios errores y nuestras faltas, dejar de buscar culpables para más bien buscar soluciones. Afrontar lo real y aceptarlo, no querer ocultar nuestro error.

2) PERDONAR Y PEDIR PERDÓN

El pecado produce tristeza propia y a los demás, se necesita humildad para pedir perdón porque pedir perdón es una pregunta: ¿me perdonas? Pedir perdón es darse una oportunidad de solucionar los problemas.

3) SABER CALLAR

Lo que se piensa con rabia es mejor callarlo debido a que generalmente este estado induce a decir cosas que jamás querríamos decir, por lo cual callar es un gesto de humildad. También debemos callarnos cuando queremos enaltecernos, enjuiciar a los demás, criticar, aportar palabras que no dan al caso o dañan al otro...

4) SER DISCIPLINADOS, CONSTANTES Y EQUILIBRADOS

En la vida es necesario ser disciplinado en las opciones que tomamos, es hacer las cosas con decisión, con disciplina, pero con equilibro, siempre evitando absolutizar.

5) DARLE OPORTUNIDAD A LOS DEMÁS

Un hermoso acto de humildad es darle oportunidad a los demás de expresar sus pensamientos, de ser como son, de intentarlo; es respetar su manera de concebir las cosas. Por lo contrario quererse imponer es aplastar al otro. Una cosa es argumentar nuestros pensamientos, otra cosa es quererse imponer.

6) EXPRESAR EL CARIÑO

Hay quienes necesitamos mucho que nos expresen cariño, pero para poder expresar cariño es necesario vencer el orgullo, el egoísmo, es necesario dejarse ganar.

7) DIÁLOGO PROPOSITIVO, NO IMPOSITIVO

A veces las personas nos tratamos como a perros, dando órdenes e imponiendo nuestra forma de pensar, eso produce que el otro se vea sometido; más bien debemos proponer nuestro pensamiento con argumentos y respetar al otro.

8) MORIR AL PECADO PARA RESUCITAR A LA VIDA ETERNA

Ser humilde es reconocer mi pecado, asumirlo, alejarlo de mi vida para hacerme libre, eso es despojarse de si mismo.


Juan David Henao