EL AMOR DE DIOS
Objetivo del tema:
Cada uno experimente el amor personal e incondicional de Dios que es nuestro Padre.
A. Dios te ama personalmente porque El es tu Padre.
Así dice Yahvéh tu creador, el que te hizo: No temas porque Yo te he rescatado, te he llamado por tu nombre, tú eres mío: Isaías 43,3.
Con amor eterno y gratuito te he amado: Jeremías 31,3.
Dios ama a todos los hombres pero también ama a cada uno de manera personal, como cada uno necesita ser amado. Si tú fueras el único habitante de todo el universo, Dios no podría amarte ya más de lo que te ama, porque te ama con todo el amor de un Dios poderoso.
Dios no nos ama por lo que nosotros hacemos, sino por lo que El es nuestro Padre:
Cual la ternura de un padre para con sus hijos, así de tierno es Yahvéh para quienes le buscan: Salmo 103,13.
B. Dios te ama incondicionalmente porque El es amor.
Dios es amor: 1 Juan 4,8.
¿Podría una madre olvidarse del hijo de sus entrañas?
Pues Yo de ti nunca me podré olvidar: Isaías 49,15.
Dios no te pone ninguna condición para amarte, El te ama precisamente como tú eres en estos momentos. No importa lo que hayas sido o seas en el presente: pecados vicios o defectos. Dios te ama incondicionalmente, porque su amor no cambia. Incluso, todo fracaso, problema y hasta pecado en tu vida son ahora una oportunidad para que experimentes el amor de Dios que es siempre fiel.
Dios que señala es todo poderoso y que hace lo que quiere con su fuerza y omnipotencia, hay algo que no puede hacer: dejarte de amar.
En la veleta que señala la dirección de los vientos, un hombre quitó el gallito y en su lugar puso el siguiente letrero “Dios es amor”. Queriendo decir que no importa de dónde soplaran los vientos, si había tempestad o clama. Dios siempre nos amaba. No importa las dificultades y los cambios, Dios siempre nos ama.
Los montes se correrán y las colinas se moverán, pero mi amor por ti no se apartará: Isaías 54,10.
Tu no necesitas aparentar otra cosa de lo que tú eres para que Dios te ame. Te ama como eres. Es más, El te hizo así. El no sólo nos acepta como somos sino que le gusta como somos: Tiene su alegría en nosotros: Sofonías 3,17. A cada uno nos dice en lo más íntimo esta gran verdad. “Tú eres mi hijo amado en quien tengo mis complacencias”.
Dios ama con tus cualidades y defectos. El no te ama por tus cualidades, sino con tus cualidades. Dios no te deja de amar por tus defectos. Te ama con ellos. Dios no ama lo que tú haces, pero EL ama a ti. Te acepta y te acepta con amor. Dios te ama con tus pecados y tus esfuerzos, seas rico o pobre. No necesitas ponerte máscara delante de Él. El te ama porque eres su hijo y no por otra cosa. No te ama porque tú seas bueno, sino porque el bueno es El.
- Vean los pájaros del cielo. Ellos no siembran ni cosechan y Dios les da cada día su alimento. Nosotros valemos para Dios mucho más que las aves y todos los animales juntos.
- - Vean los lirios del campo. Ellos no hilan ni tejen y Dios los viste con belleza inigualable.
…cuánto más a nosotros que somos sus hijos, aunque seamos pecadores.
Es más, El ama de manera especial a los pecadores. El peor de todos los pecadores es el más amado de Dios, porque donde abunda el pecado sobreabunda su amor misericordioso. El más pecador es quien puede experimentar más perdón, gozo y esperanza, porque es el más necesitado.
C. Dios quiere lo mejor para tí porque eres su hijo.
Dios ciertamente te ama como eres, pero te ama tanto que no te quiere dejar así. El quiere algo mucho mejor para tí. Precisamente porque Dios te ama, El quiere lo mejor para ti y tiene un plan que El hizo con toda sabiduría y amor para tí. El tiene poder para realizar todas las cosas incomparablemente mejor de lo que nosotros podemos pedir o pensar, con su poder que actúa en nosotros: Efesios 3,20.
Su plan supera con mucho lo que tú te imaginas o puedes pensar para tu bien. Como el cielo aventaja a la tierra, así aventaja su plan.
- Desde un principio nos creó a su imagen y semejanza, llenos de su amor y cocreadores con El, capaces de ser sus representantes en este mundo.
- Nos creó en armonía perfecta:
- Con El: una relación personal, íntima y permanente.
- Con los demás: relaciones de justicia, verdad y servicio.
- Con nosotros mismos: con seguridad, paz y dominio propio.
- Con toda la creación: siendo libres y no esclavos de las cosas de este mundo.
- Nos llenó de felicidad con su gozo, paz y unión.
D. Dios tomó iniciativa para amarte.
Dios te ama, y lo único que pide es que creas en su amor, que creas en El, confíes en su plan, más que en el tuyo.
Lo primero que Dios nos pide no es que le amenos sino que nos dejemos amar por El: Sólo manifiéstale que quieres experimentar su amor por tí. No se trata de que nosotros intentemos llegar a Él. Es Él quien quiere llegar a nosotros. No se trata de que nosotros lo alcancemos a Él, sino de que nos dejemos alcanzar por El. Antes de que nosotros comenzáramos a buscarlos, El ya nos andaba buscando. El tomó la iniciativa.
Un día Saulo de Tarso, decidió perseguir a Jesús y emprendió el camino de Damasco para apresar a los cristianos. Sin embargo, era Jesús quien lo iba persiguiendo a él, hasta que lo alcanzó y lo tiró del caballo. En ese momento Saulo quedó preso, preso del amor de Jesús. Dios lo sedujo y él simplemente se dejó seducir: (Jeremías 20,7).
Escribiendo a los Gálatas les dice:
Ahora que amáis a Dios: o mejor dicho, ahora que Dios los ama a ustedes: Gálatas 4,9.
Es que fueron los Gálatas los que amaron a Dios. Primero Dios los amó a ellos. El amor no consiste en que nosotros amenos a Dios sino en que El nos amó primero: 1 Juan 4,19. No fuimos nosotros los que lo elegimos a Él. El nos eligió primero: Juan 15,16. Nosotros no le hacemos a Dios el favor de amarlo.
Es Él quien nos favorece a nosotros con su amor que es eterno.
Aveces nosotros buscamos a Dios y lo queremos amar. Pero nadie puede amarlo si antes no ha experimentado su amor. Hay que hacer un alto, detenernos y dejarnos alcanzar por El, por su amor.
Dios ama a todos los hombres porque todos somos sus hijos y hechura de sus manos.
Ama a los buenos y a los malos, hombres y mujeres, católicos, líderes, sindicales, cabareteras o prostitutas. Nos ama a todos porque todos somos sus hijos.
Dios no nos ama por lo que hacemos, sino por lo que somos sus hijos:
Dios no nos ama porque nosotros somos buenos, sino porque el Bueno es El. No nos ama porque nosotros lo amenos, sino porque El es amor. 1 Juan 4,8.
No hay comentarios:
Publicar un comentario