Dios nos invita a la humildad en nuestra familia y con las personas que comparten la vida con nosotros, para ello es necesario lavarles los pies jn 13,1-17 (Antes de la fiesta de Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, él, que había amado a los suyos que quedaban en el mundo, los amó hasta el fin. Durante la Cena, cuando el demonio ya había inspirado a Judas Iscariote, hijo de Simón, el propósito de entregarlo,sabiendo Jesús que el Padre había puesto todo en sus manos y que él había venido de Dios y volvía a Dios, se levantó de la mesa, se sacó el manto y tomando una toalla se la ató a la cintura. Luego echó agua en un recipiente y empezó a lavar los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla que tenía en la cintura. Cuando se acercó a Simón Pedro, este le dijo: "¿Tú, Señor, me vas a lavar los pies a mí?" Jesús le respondió: "No puedes comprender ahora lo que estoy haciendo, pero después lo comprenderás". "No, le dijo Pedro, ¡tú jamás me lavarás los pies a mí!". Jesús le respondió: "Si yo no te lavo, no podrás compartir mi suerte". "Entonces, Señor, le dijo Simón Pedro, ¡no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza!"Jesús le dijo: "El que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque está completamente limpio. Ustedes también están limpios, aunque no todos". Él sabía quién lo iba a entregar, y por eso había dicho: "No todos ustedes están limpios". Después de haberles lavado los pies, se puso el manto, volvió a la mesa y les dijo: "¿Comprenden lo que acabo de hacer con ustedes? Ustedes me llaman Maestro y Señor; y tienen razón, porque lo soy. Si yo, que soy el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, ustedes también deben lavarse los pies unos a otros. Les he dado el ejemplo, para que hagan lo mismo que yo hice con ustedes. Les aseguro que el servidor no es más grande que su señor, ni el enviado más grande que el que lo envía. Ustedes serán felices si, sabiendo estas cosas, las practican.)
Como vemos, lavar los pies a los demás es vaciarse a si mismo, dejar el orgullo, la prepotencia, el egoísmo, el miedo...
OCHO CLAVES QUE NOS LLEVARÁN A SER MÁS HUMILDES.
1) ACEPTAR NUESTROS ERRORES
Es importante aprender a reconocer nuestros propios errores y nuestras faltas, dejar de buscar culpables para más bien buscar soluciones. Afrontar lo real y aceptarlo, no querer ocultar nuestro error.
2) PERDONAR Y PEDIR PERDÓN
El pecado produce tristeza propia y a los demás, se necesita humildad para pedir perdón porque pedir perdón es una pregunta: ¿me perdonas? Pedir perdón es darse una oportunidad de solucionar los problemas.
3) SABER CALLAR
Lo que se piensa con rabia es mejor callarlo debido a que generalmente este estado induce a decir cosas que jamás querríamos decir, por lo cual callar es un gesto de humildad. También debemos callarnos cuando queremos enaltecernos, enjuiciar a los demás, criticar, aportar palabras que no dan al caso o dañan al otro...
4) SER DISCIPLINADOS, CONSTANTES Y EQUILIBRADOS
En la vida es necesario ser disciplinado en las opciones que tomamos, es hacer las cosas con decisión, con disciplina, pero con equilibro, siempre evitando absolutizar.
5) DARLE OPORTUNIDAD A LOS DEMÁS
Un hermoso acto de humildad es darle oportunidad a los demás de expresar sus pensamientos, de ser como son, de intentarlo; es respetar su manera de concebir las cosas. Por lo contrario quererse imponer es aplastar al otro. Una cosa es argumentar nuestros pensamientos, otra cosa es quererse imponer.
6) EXPRESAR EL CARIÑO
Hay quienes necesitamos mucho que nos expresen cariño, pero para poder expresar cariño es necesario vencer el orgullo, el egoísmo, es necesario dejarse ganar.
7) DIÁLOGO PROPOSITIVO, NO IMPOSITIVO
A veces las personas nos tratamos como a perros, dando órdenes e imponiendo nuestra forma de pensar, eso produce que el otro se vea sometido; más bien debemos proponer nuestro pensamiento con argumentos y respetar al otro.
8) MORIR AL PECADO PARA RESUCITAR A LA VIDA ETERNA
Ser humilde es reconocer mi pecado, asumirlo, alejarlo de mi vida para hacerme libre, eso es despojarse de si mismo.
Juan David Henao
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